Después de varios días de fiesta, en los que Carrión de los Céspedes engalanó casas y balcones para acoger la edición de sus fiestas más antiguas, las dedicadas en Honor y Gloria del Santísimo Corpus Christi y Nuestra Señora de Consolación, que por especial privilegio lo acompaña en esta solemnidad, los hermanos partieron hacia el campo para cortar el romero con el que se adornarían los arcos triunfales que lucirían las calles del municipio.
Un gran ambiente festivo fue la nota predominante en este viernes en el campo. Al oscurecer hacía entrada en el pueblo la gran caravana de coches y remolques, entre fuegos y tracas de cohetes. Una vez que el romero fue depositado por las calles, la comitiva se dirigió hacia la Ermita, donde aguardaba la Patrona. Una vez allí se ofreció el romero a Jesús Sacramentado, reservado en el Templo de forma permanente en el maravilloso Sagrario que realizó el Taller de Marmolejo y a su Madre de Consolación. La fiesta se prolongó durante toda la noche.
El sábado tuvo lugar la Sabatina ante el paso procesional de la Virgen de Consolación, y por la noche se celebró una gran velada musical en el Salón de la Hermandad, que perduró hasta las primeras horas del domingo, Solemnidad de la Santísima Trinidad. Los sones de la Banda de Música de Carrión de los Céspedes anunciaban tan esperado día.
A las doce del mediodía tuvo lugar la Santa Misa de Romeros en la Ermita, presidida por el Párroco y Director Espiritual, D. Fermín Muñoz Domínguez, y cantada por el Coro de la corporación.
Al finalizar ésta, entre las notas musicales de la Banda municipal y la gran afluencia de mujeres vestidas de flamenca y hombres de corto allí congregados, se procedió al almuerzo fraterno en el Salón de la Hermandad. Por la tarde, hacía entrada la Banda de Cornetas y Tambores Corona de Espinas de Sevilla y los tradicionales Tamborileros que, junto con la Banda de Carrión, acompañarían la comitiva del Romerito.
Tras la recogida de Insignias y del Carro del romero, se partió hacia la entrada del pueblo donde haría entrada la Romería. Más de medio centenar de caballos, amazonas y coches de caballos, remolques y carros de enganche formaban un larguísimo desfile de colorido y olor a romero. Las calles llenas de público eran testigos del buen ambiente que se respiraba en las calles de Carrión. La romería continuó por el itinerario de costumbre, llegando a la Ermita sobre las ocho y media de la tarde, donde esperaba en la puerta de su Santuario la Reina de los Carrioneros, a la espera de escuchar las más bella sevillanas dedicadas a Ella y a la Eucaristía que todos sus devotos fueron interpretando.
Una vez realizada la Ofrenda del Romero, la Santísima Patrona volvió al altar Mayor de la Ermita y se entonó la Salve Solemne e Himno.
La Orquesta Metrópolis fue la encargada de amenizar la noche de la romería en la Plaza del Ayuntamiento.
Un gran ambiente festivo fue la nota predominante en este viernes en el campo. Al oscurecer hacía entrada en el pueblo la gran caravana de coches y remolques, entre fuegos y tracas de cohetes. Una vez que el romero fue depositado por las calles, la comitiva se dirigió hacia la Ermita, donde aguardaba la Patrona. Una vez allí se ofreció el romero a Jesús Sacramentado, reservado en el Templo de forma permanente en el maravilloso Sagrario que realizó el Taller de Marmolejo y a su Madre de Consolación. La fiesta se prolongó durante toda la noche.
El sábado tuvo lugar la Sabatina ante el paso procesional de la Virgen de Consolación, y por la noche se celebró una gran velada musical en el Salón de la Hermandad, que perduró hasta las primeras horas del domingo, Solemnidad de la Santísima Trinidad. Los sones de la Banda de Música de Carrión de los Céspedes anunciaban tan esperado día.
A las doce del mediodía tuvo lugar la Santa Misa de Romeros en la Ermita, presidida por el Párroco y Director Espiritual, D. Fermín Muñoz Domínguez, y cantada por el Coro de la corporación.
Al finalizar ésta, entre las notas musicales de la Banda municipal y la gran afluencia de mujeres vestidas de flamenca y hombres de corto allí congregados, se procedió al almuerzo fraterno en el Salón de la Hermandad. Por la tarde, hacía entrada la Banda de Cornetas y Tambores Corona de Espinas de Sevilla y los tradicionales Tamborileros que, junto con la Banda de Carrión, acompañarían la comitiva del Romerito.
Tras la recogida de Insignias y del Carro del romero, se partió hacia la entrada del pueblo donde haría entrada la Romería. Más de medio centenar de caballos, amazonas y coches de caballos, remolques y carros de enganche formaban un larguísimo desfile de colorido y olor a romero. Las calles llenas de público eran testigos del buen ambiente que se respiraba en las calles de Carrión. La romería continuó por el itinerario de costumbre, llegando a la Ermita sobre las ocho y media de la tarde, donde esperaba en la puerta de su Santuario la Reina de los Carrioneros, a la espera de escuchar las más bella sevillanas dedicadas a Ella y a la Eucaristía que todos sus devotos fueron interpretando.
Una vez realizada la Ofrenda del Romero, la Santísima Patrona volvió al altar Mayor de la Ermita y se entonó la Salve Solemne e Himno.
La Orquesta Metrópolis fue la encargada de amenizar la noche de la romería en la Plaza del Ayuntamiento.
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Información y Fotos: www.hermandaddeconsolacion.com
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