Huévar del Aljarafe vivió el pasado sábado un día histórico, muy esperado desde hace meses, y lleno de emoción y alegría. La Virgen de la Soledad regresaba por fin a su pueblo tras el largo proceso de restauración al que ha sido sometida por el escultor Luis Álvarez Duarte, tras el trágico incendio ocurrido la pasada Cuaresma, concretamente el viernes 7 de marzo, durante la celebración de los cultos de la Hermandad.La restauración de Nuestra Señora de la Soledad ha incidido sobretodo en el candelero y las manos de la Virgen, gravemente afectados. El rostro y los ojos, que afortunadamente se salvaron de las llamas, han sido tratados sobretodo en su policromía.
El pasado sábado, Nuestra Señora de la Soledad por fin pudo salir a las calles de Huévar en procesión extraordinaria, ya que no pudo hacerlo ni en la Semana Santa ni en su procesión de gloria del mes de mayo.
Durante toda la jornada, a pesar de la inclemencia del tiempo y los chubascos, multitud de personas de la localidad y de fuera se acercaban para ver como había quedado la imagen, en la Casa Hermandad, hasta que por la tarde la Virgen fue trasladada en su paso hasta la Plaza de España, donde se celebró una Solemne Eucaristía.
La plaza fue decorada con una arquitectura efímera que reproducía el Arco de la Esperanza Macarena.
Al termino de la Misa, la Santísima Virgen de la Soledad recorrió en su paso de palio las calles del pueblo, acompañada por la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas, abriendo el cortejo, y la Banda de Música Municipal de Huévar del Aljarafe tras el palio.
La Virgen de la Soledad lució en su regreso a Huévar el manto de terciopelo negro bordado en oro que debió estrenar el pasado Sábado Santo.
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