domingo, 14 de abril de 2013

Tomares: Crónica de la Estación de Penitencia de la Hermandad Sacramental

La Hermandad Sacramental de Tomares desafió a los malos pronósticos del tiempo y a las tres de la madrugada salían a la calle el Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y Nuestra Señora de los Dolores. Cuatro horas más tarde, la lluvia obligaba a adelantar su regreso, pero con la satisfacción de haber sacado a los dos pasos sin que se mojaran.
A las tres en punto de la madrugada las puertas de la Iglesia Nuestra Señora de Belén se abrían puntuales para que el Cristo de la Vera+Cruz y la Virgen de los Dolores acudieran a su encuentro anual con los tomareños por las calles del municipio.
Pocos años se había mirado más al cielo como éste. Un mes y medio de lluvia y unos pronósticos meteorológicos nada halagüeños hacían a los hermanos de la Sacramental de Tomares temer lo peor.
Al final, la lluvia decidió hacer un pequeño paréntesis y la Antigua y Venerable Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, Nuestra Señora de los Dolores y San Sebastián salía a la calle acompañada por cientos de vecinos que no querían perderse a su cofradía.
Seguido por la Agrupación Musical de Santa Cruz de Huelva, que era la primera vez que lo acompañaba, y un cuerpo de nazarenos lleno de niños pequeños, junto a sus padres, salía el Cristo de la Vera+Cruz, en su paso bajo la dirección del auxiliar de capataz José Manzano y Joaquín Manzano Vega, Pregonero de la Semana Santa 2013. En una sola pará y chicotá se ponía en la calle, donde era recibido por cientos de devotos, mientras el vecino Joaquín Pavón le dedicaba una saeta desde el balcón situado frente al templo.
Media hora más tarde, salía la Virgen de los Dolores, en su paso de palio mandado por el capataz general Joaquín Manzano (padre), al ritmo de la tradicional Banda de Música Virgen de las Angustias de Sanlúcar La Mayor.

Una de las estampas más bonitas de la Madrugá se vivía por la bajada de la calle Pedro Oliva Torres y la estrecha calle Colón, donde cientos de vecinos aguardaban a la cofradía para ver la tradicional petalada de rosas dedicada a la Virgen y la dificultad del paso de palio para pasar por la calle.
Otro de los momentos más especiales se vivía en la Casa Hermandad del Rocío de Tomares, en la calle Tomás Ybarra, donde la Hermandad del Rocío realizaba la tradicional ofrenda de flores a la Virgen de los Dolores.
Ante la inminente y constante amenaza de lluvia, en torno a las 5:30 horas, la Junta de Gobierno de la Hermandad Sacramental se reunía para tomar una de sus decisiones más dolorosas y trascendentales: acortar el recorrido, no pasar por Clara Campoamor ni llegar hasta la Cruz del Camino Viejo.
Acertada decisión, pues pasadas las siete de la mañana, se cumplían todos los pronósticos y la lluvia hacía su aparición. Sin tiempo para realizar tampoco el tradicional encuentro de la Virgen con su Hijo en las Cuatro Esquinas con las primeras luces de la mañana, la Sacramental adelantaba el paso para resguardarse lo antes posible en el templo, donde se recogía unas cuatro horas antes de su hora habitual, a las 7:00 horas el Cristo, y a las 7:30 horas la Virgen, tras ser coronada con la petalada de flores desde los estudios de Radio Tomares, realizada por primera vez gracias al Grupo Joven de la Hermandad Sacramental, y otra justo antes de entrar.

Fotos: Ayto de Tomares

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