El domingo 3 de junio, Solemnidad de la Santísima Trinidad, Carrión de los Céspedes se vistió de fiesta y se fue de Romería.
A las nueve y media de la mañana la Agrupación Musical de Carrión de los Céspedes comenzó su Pasacalles, avisando a los vecinos que había que levantarse, ponerse el traje de corto o de flamenca e irse a la ermita porque el Día del Romero ya había llegado.
A las doce de la mañana el repicar de las campanas de la Iglesia y tracas de cohetes anunciaban que en media hora comenzaría la Misa de Romeros en la Ermita de la Patrona Nuestra Señora de Consolación, y… así fue, a las doce y media comenzó la Eucaristía de la Santísima Trinidad, que estuvo presidida por el Párroco y Director Espiritual D. Fermín Muñoz Domínguez, fue prepara por el Grupo de Liturgia de la Hermandad de Consolación, cantada por el Coro Polifónico y esta vez participó en la Eucaristía muy activamente el Grupo Joven.
La Eucaristía finalizó entre sevillanas cantadas por el Coro y acto seguido bailes en los aledaños de la Ermita, amenizados por la Banda de Música local.
A las cinco de la tarde tuvo lugar el Pasacalles de la Agrupación Musical María Inmaculada de Castilleja de la Cuesta, y a las seis y cuarto partían desde la Plaza del Ayuntamiento el cortejo que abría el Tamborilero de la Hermandad, al son del Romerito, tras él la Agrupación Musical, la Junta de Gobierno y algunos hermanos, y la Banda de Música de Carrión.
Una vez llegados a la Ermita y recibidos por un aplauso, se recogieron las insignias que portaron los caballistas y salió el Simpecado de la Hermandad, mientras el tamborilero tocaba el Himno. Una vez colocados todos se bajó la calle “Huévar” para recoger la romería.
A las siete de la tarde hizo entrada en el pueblo la Agrupación Musical María Inmaculada, tras ella más de sesenta caballos, el Tamborilero, la Junta de Gobierno y la carreta con el Simpecado. Tras el Simpecado una larguísima fila con más de cuarenta charrets y tractores, que lo acompañaban cantando las más bellas melodías a la Patrona del pueblo, la Virgen de Consolación y a su Divino Hijo.
La Romería llegó a la Ermita a las nueve de la noche. En el dintel de la puerta presidía la imagen de la Virgen de Consolación, que recibió las más bellas plegarias. El Grupo Aires Nuevos cerró el cortejo dedicándole unas bellísimas sevillanas. El Romero se ofreció sobre las diez de la noche, tras el canto de la Salve y un canto Eucarístico.
Información y Fotos: Vari Mauricio
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